La evaluación formativa permite saber si los estudiantes están avanzando o no, en el logro de los objetivos de aprendizaje, mediante el seguimiento permanente de su progreso y el suministro de orientaciones adecuadas proporcionadas por el evaluador. La evaluación formativa no se centra solamente en la consecución de unos objetivos curriculares, sino que va más allá de ellos, y considera importante la reflexión del estudiante acerca de su propio proceso de aprendizaje y desempeño.
En está línea, un factor determinante en la eficacia de este proceso tiene que ver con la calidad de la información del feedback que reciben los estudiantes acerca de su progreso y desempeño, porque a partir de ella, se producen efectos en el corto y largo plazo sobre el aprendizaje y la regulación, sin embargo, esta tarea recae generalmente en manos de los docentes, por esta razón, involucrar a los mismos estudiantes a formar parte de este proceso, podría ser beneficioso para el aprendizaje. En este sentido, el desarrollo de competencias para trabajar en grupo y alcanzar objetivos compartidos, constituye también, el foco de atención en la educación superior, la investigación actual apoya su utilidad.
En los últimos años, la investigación acerca de la evaluación y el feedback de pares, ha ido en crecimiento. Se ha demostrado la eficacia de la interacción entre iguales y del consenso basado en la evaluación de pares para el aprendizaje.